Ahora vivo en un piso de estudiantes pero sin estudiantes porque son dos chicas majas que ya tienen el curso; una tiene 30 años y estudió moda (también tiene muchísimos problemas familiares), la otra tiene 38 años estudió contabilidad (con problemas familiares más fuertes). Las tres nos llevamos muy bien.
Desde que estoy aquí, me siento mejor y más independiente, no lo niego. Mola el hecho de poder salir de noche a tomar un café o simplemente caminar. La única cosa que más echo de menos es a Helena, la persona que más me ha ayudado a sobrellevar a mi familia de lunáticos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario